Dibujo 1.25

lunes, enero 15, 2007

Lanzar la mirada al espacio y encontrarse con las formas que encajan en el circulo visual, fijando por segundos una imagen que se corresponde al sonido constante de las ruedas del tren que procura mayor velocidad en su transito.

La mirada es quizá el punto de fusión verdadera de esa sensación de segundos que desde dentro y desde afuera construyen una imagen total. Como en el cubismo el movimiento por sectores pero sin esa perfección geométrica, marcando los elementos de una irrealidad que en fondo es la base de la realidad y de la imagen.

A través del visor recoge el rastro y a la vez fija la volubilidad del momento no solo impactando la película sino también la memoria; convirtiéndose luego de mucho rato en reflujo de la imagen que se completa con el papel.

Desde el momento cuando el cíclope absorbe la imagen hasta el final en el papel, transcurrió mucho y el recuerdo por más fiel se ve asediado por espacios en blanco que se llenan de la sensibilidad individual, algo así como un momento surrealista, se carga esa imagen con la expresión mas intima.

Solo hasta que el chorro de luz impregna sobre el papel vemos el universo paralelo que hemos creado a partir de una situación. Descubrimos que poseé el fascinante don de ser casi un reflejo que se va a desaparecer de no ver la imagen, de guardarla, ese ser y no ser a la vez, recogiendo nuevamente la expectativa casi fantástica en la memoria; en conjunción de formas y figuras como en la pintura, siendo más que la suma de sus partes, convirtiéndose como decía sir Herbert Read en “imagen idea”, en una forma de pensamiento, conduciéndonos a la intuición del mundo en un basto conjunto de signos que esperan ser leídos, pudiéndose no relacionar al final con nada, si se quiere una síntesis de lo desconocido.

Pero es en el papel o en cualquier soporte donde se manifiesta la posibilidad de mostrar ese estado transitorio, la capacidad de la pintura esa que junto al dibujo remontan las posibilidades del hombre y que sobre una tabla se acerca y se aleja de la orilla, dan cierta oposición a la cosa real jugando con la ilusión desde diferentes ángulos, estableciéndose con todo su contenido que viene de la intimidad del ser y mezclándose con la realidad.

Ya entonces para este fin no se trata de una traducción, ni de un “así lo veo yo”, es acción. Una verdadera conjunción de los diferentes idiomas de la pintura y del arte que al mezclarse con la fotografía en un toque complementario pero a la vez individual, producen una concepción de la imagen de cierto modo nueva a los ojos del mundo.
Por tanto es conveniente establecer que de una sección de la mirada producida por la inmediatez fotográfica, y extrayendo parte de esa realidad por medio de la pintura, propongo una mezcla de elementos formales a través de la construcción de una imagen picfográfica, que permita revelar un instante decisivo e imperceptible.

Un tiempo entonces en donde la conjunción del arte se haga realidad como reflejo de una mixtura atemporal y de una memoria revelada.

Abbo

Abbo